Vansílica
Es tan bonita que ha inspirado a los mejores artistas. Si soñamos que Van Gogh hubiera conocido esta maravilla visigótica ¿Cómo imaginaría una noche estrellada del solsticio de verano junto a la hoguera? Una obra de arte imposible…de olvidar.
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La llegada
La noche estaba clara, la luna iluminaba con su luz blanca el paisaje que se extendía ante los ojos de Vincent Van Gogh. El aire nocturno era fresco y el silencio reinaba, acompañado por el leve sonido de las hojas de los árboles mecidas por el viento.
Vincent miró hacia el cielo, a ese firmamento que siempre le había inspirado. Pero esta vez era diferente. Esta vez su mirada se detuvo en un lugar especial. Una maravillosa construcción visigótica que destacaba entre los árboles, con sus imponentes arcos que destellaban bajo la luz de la luna.
Había llegado a Baños de Cerrato.
Una señal…
Vincent sintió que era una señal para él. Algo que le estaba diciendo que no se perdiera la oportunidad de pintar este lugar tan especial.
Y así lo hizo. Tomó su caballete y su paleta de pintura y comenzó a trabajar. Se dejó llevar por la magia de la noche y pintó la construcción visigótica con detalles tan espectaculares que parecían haber salido de un cuento de hadas.


Inolvidable
Pintó la construcción rodeada de un mar de estrellas que brillaban como diamantes en la oscuridad de la noche.
Cuando la hoguera se encendió, Vincent fue inmortalizando el momento en la tela.
Fue una obra de arte inolvidable. Una obra de arte que todos recordarían para siempre. Una obra de arte que hablaba de la magia de la noche, del silencio del mar de Castilla, del calor de la hoguera…y de una maravillosa construcción visigótica.
Vansilica,
más
que un
sueño.

